En Italia durante los últimos años las asociaciones de voluntariado y otros tipos de organizaciones que operan en el ámbito social, como las ONG, están en boca de todos.
Sin embargo este debate no está teniendo consecuencias positivas en estas organizaciones sino que se ha levantado un alboroto entorno a estas organizaciones y a los que forman parte de ellas, alimentando en ocasiones los prejuicios y la desconfianza.
En algunos casos esto ha provocado una abierta hostilidad, como en el caso de Silvia Romano, una cooperante italiana secuestrada en Kenia que no se ha librado de los comentarios e insultos.

Tenía que quedarse en su casa |
Desde luego, no entiendo qué van a hacer allí |
¿Qué van a hacer alli? ¡basta ya! ¿tendríamos que pagar como a aquellas dos desgraciadas che fueron a Iraq? ¡pues no! |
En mi opinión es problema suyo. No es maldad. |
Espero que esos salvajes le enseñen las buenas costumbres sexuales. |
El Estado NO DEBE PAGAR por una imprudente en busca de emociones fuertes |
Disculpa, ¡ha querido irse ella! ¿ahora quiere volver a casa? ¡no me da pena! |
He tenido la oportunidad de hablar con alguien que ha tenido experiencias como la de Silvia Romano y que sigue haciendo experiencias similares, para así poder entender con algo más de profundidad quiénes son estas personas que se dedican al voluntariado, qué significa hacer trabajo voluntario y por qué lo hacen.



“¡Hola Laura! había pensado presentarte, pero tal vez sea mejor que uses tus propias palabras directamente: “¿Quién es Laura?”.
“Laura es una chica italiana que llegó a Tailandia después de que su marido se expatriara (como se definen las personas que trabajan en otro país que no sea el país de origen) y que es voluntaria en el hogar familiar dirigido por Take Care Kids en Pattaya”.
“¿Puedo preguntar por qué lo haces?”
“La respuesta es muy sencilla: no me gustan cómo están las cosas y por eso trato de hacer lo que puedo para cambiarlas. Lo que me gustaría es que existiera un sistema en el que todos estuviésemos dispuestos a compartir parte de nuestro bienestar… Quiero decir, nuestra única fortuna es haber nacido en la parte rica del mundo, ¡No hemos hecho nada para merecerlo!
“perdóname, voy a hacer de abogado del diablo pero, también hay personas aquí con muchas necesidades ¿no?”
“Claro que sí. Yo ahora mismo estoy en Tailandia, pero antes de venir aquí lo estaba haciendo en Italia: empecé en la universidad a hacer voluntariado en una asociación que se encargaba de hacer un seguimiento a personas seropositivas y marginadas en mi ciudad, en Pordenone, que en los años ochenta se vio particularmente afectada por este problema debido a la prostitución y a las drogas, a las que más tarde siguieron otros problemas. Después de esto quise tener experiencias en el extranjero y a través de este tipo de asociaciones estuve en varios países africanos en orfanatos con niños con VIH.
“¿Qué personas hacen voluntariado?”
“¡Los que quieren! Hay que disipar el mito de que los que lo hacen son los que no trabajan o no quieren trabajar. Todo lo que se necesita es compromiso y perseverancia. Los voluntarios son personas normales que dedican un momento de la semana fuera del trabajo para ayudar a los demás. Eso es lo que yo solía dedicar: una tarde a la semana. Y también lo hacían los otros voluntarios que estaban conmigo en Italia. Un día, una tarde, una hora a la semana, no importa cuánto, tienes que quererlo y si quieres puedes
“¿Y desde un punto de vista económico? Me dijiste que también habías estdo en África y ahora en Tailandia, ¿recibes alguna compensación?”
“Por supuesto que no, de hecho, en Kenia incluso me pasó que tuve que comprar una vaca para el pueblo, o incluso una bicicleta y los pollos! (Risas) Para vivir también puedes quedarte por ejemplo en orfanatos con niños y comer con ellos, te adaptas un poco a esa vida allí pero no recibes compensación, el dinero está dedicado para el propósito para el que estás allí”.
“Bueno, pero aún así hay una necesidad de seguridad financiera, ¿no? Quiero decir, tener tu espalda cubierta, tal vez la familia te ayuda a cubrir tus gastos.”
“No, este es otro mito que hay que desacreditar, como dije antes: solo tienes que quererlo. Para ir a África trabajé en Italia, incluyendo horas extras y trabajo en Navidad, Año Nuevo y varios días festivos para ahorrar el dinero necesario para pagar el viaje y el resto. Quería hacerlo y lo hice”.
“Antes de hacer un viaje como este, ¿qué debemos hacer?”
“Sin duda hay que recurrir a las asociaciones de referencia, esto se debe en primer lugar a que suelen ofrecer más seguridad, aunque más allá de eso hay que tener en cuenta otras dos cosas: la primera es que el riesgo nunca es cero (a pesar de todo, ni siquiera en nuestras ciudades lo es), la segunda es que, por esta razón, una noticia negativa hace mucho más ruido que todas las historias positivas que hay, por lo que es importante no tener miedo. Además, es importante que la asociación elegida pueda evaluar la contribución real del voluntario: no olvide que no nos vamos de vacaciones, por lo que partir de las habilidades personales marca la diferencia. ¿Puedes contribuir después de la escuela? ¿Tiene usted habilidades sociales y de bienestar? ¿Tienes buena voluntad y te ofreces a trabajar como jornalero? ¿Quieres escribir un reportaje para concienciar sobre la realidad local? ¡Hay que canalizar las energías en algo productivo y estructurado! También es importante empezar desde tu propio barrio o ciudad que seguramente también necesite personas voluntarias, construir la experiencia desde allí y luego puedes moverte, pero no tienes que improvisar e irte muy lejos de inmediato”.
Durante el chat con Laura ella continuó hablando de Take Care Kids, la asociación que se ocupa de los niños víctimas de abusos en Pattaya, Tailandia, donde vive con su marido Tommaso, para leer la continuación haga clic aquí.
traducido en castellano por Ana Isabel Villarrubia Torres