Como muchos otros países, Finlandia también entró en recesión debido a la crisis financiera del 2007. A medida que la tasa de desempleo aumentaba y mantener nuestros servicios públicos se hacía cada vez más difícil, muchas soluciones fueron propuestas. Una de las formas más ambiciosas de solventar los problemas financieros a los que se enfrentaba Finlandia fue la reinvención de nuestro sistema de ayudas sociales.